Parecería que la respuesta a la pregunta anterior es sencilla.
Pero los asesores saben que las decisiones importantes requieren ir más allá de las suposiciones para comprender mejor la información. Y, de hecho, dos miembros de MDRT tienen dos puntos de vista muy diferentes al enfrentarse a esta cuestión:
Perspectiva 1—Quédatelo
Asvin Chauhan, MIFP, Dip FA, miembro de MDRT desde hace 25 años de Leamington Spa, Inglaterra, Reino Unido.
El valor de mi negocio es el que alguien está dispuesto a pagar. Cuando evalué mi número mágico, al principio me dijeron que obtendría un múltiplo de 3.25, y el estándar del sector aumentó a 3.5 o 4. Hace dos años, una empresa nacional de asesores independientes suscribió un bono de mil millones de dólares contra el negocio que está pagando el 8% de los activos gestionados. Eso es el doble de lo que pensaba, y es potencialmente una pequeña ventana de oportunidad para sacar provecho de esto. Si solo se trata de dinero, ahora es el momento de vender.
Pero para mí no solo es eso. El negocio debe quedar en buenas manos. Lo que sé es que necesito financiar mi jubilación con mis ingresos, tal como se lo aconsejo a la mayoría de mis clientes, y no con una venta en la que las valuaciones podrían fluctuar en el momento menos conveniente: cuando se acerca la venta. Pensé mucho en mi situación. Conozco a un asesor en el Reino Unido de unos 40 años que cobró un cheque de ocho dígitos. Llevo 32 años en el negocio, y solo en los últimos siete he empezado a experimentar una verdadera libertad financiera. No hablo de comprar un yate o un Lamborghini cada año. Llevo mucho tiempo esperando para comprar un auto de alta gama en particular, y creo que llegará en los próximos años. ¿Voy a vender la empresa por un auto? Nuestra casa está casi pagada y podríamos construir una nueva. ¿Es hora de sacrificar a la gallina de los huevos de oro? La respuesta es no, porque creo que podemos hacer todo esto con nuestros ingresos en un futuro próximo.
Además: ¿Qué pasatiempos tengo a los que me gustaría dedicar más tiempo? Nos divertimos cuando viajamos. Sin embargo, los fines de semana y en invierno disfruto ver la televisión y jugar con mis perros. En verano, corto el césped. Actualmente no tengo muchos otros intereses a los que quiera dedicarme. Así que, si me jubilara ahora, mi temor es cómo se vería afectada mi salud.
He tenido años muy difíciles en el negocio, y durante los últimos siete hemos visto realmente cómo el número de clientes, los activos gestionados y los ingresos crecen a un ritmo exponencial. Me sentiré feliz aunque tenga que vender el negocio por menos dinero. Para mí no se trata del pago. Es muy importante tener un plan al que apegarse durante la jubilación, y yo no tengo uno así actualmente porque no estoy preparado para jubilarme. Y el dinero no me ayudará a hacerlo.
Perspectiva 2—Véndelo
Alessandro M. Forte, FCII, CFP, miembro de MDRT desde hace 25 años de Yorkshire del Sur, Inglaterra, Reino Unido.
Yo les daré un punto de vista totalmente distinto. Formo parte de una estructura de red en el Reino Unido, que sigue una fórmula para valuar las empresas. Por lo tanto, he recibido ofertas de 7.5 veces los ingresos recurrentes, lo cual es sustancial. Por supuesto, no tengo ningún deseo particular de jubilarme, pero la oportunidad de capitalizar parte o todo el trabajo que he realizado durante 34 años es, por encima de cualquier otra cosa, prudente desde un punto de vista financiero.
En 2019, convencí a un cliente para que aceptara una oferta muy generosa por su negocio. Naturalmente, estaba reacio, pero aceptó. Tres meses después, el valor del negocio que vendió disminuyó un 67% con respecto a la suma que recibió.
Como asesor financiero, sé por experiencia que las cosas pueden cambiar. A mi parecer, todos creamos empresas para luego acabar vendiéndolas, y si me hacen una oferta muy generosa, pienso que debería de seguir mi propio consejo: Crear seguridad financiera para mí mismo y luego volver a construir una nueva base de clientes, ya que dejar esta maravillosa profesión no es algo que esté dispuesto a hacer en este momento.
Soy de la opinión de que no tengo ningún control sobre cosas como los cambios regulatorios, la valuación de mi empresa o las circunstancias, como una enfermedad, que pueden impedirme continuar en el negocio. Si acepto lo que me ofrecen, puedo quedarme con unos 20 o 25 clientes de muy alto poder adquisitivo, reinventarme como asesor, hacer más cosas que quiero hacer, como dar conferencias, escribir mi segundo libro, pasar más tiempo en mi casa de vacaciones en Italia y estar más disponible para mis hijos y nietos. Y con los ingresos suficientes de mi trabajo continuo como asesor, no necesitaré tocar el capital, que podré aumentar si las condiciones del mercado son favorables en los próximos cinco años.
Si cuando tenía 21 años y acababa de empezar en los servicios financieros me hubieran dicho que estaría en este tipo de posición antes de cumplir los 55, nunca les habría creído. Así que creo que es importante ser pragmático, tener en cuenta el estilo de vida y los aspectos comerciales de estas oportunidades, que no se presentan muy a menudo.
A menudo les digo a los asesores y clientes: “Haz una lista de las cosas que haces cada día. Ahora haz una lista de las cosas que te hacen feliz. Compara las listas. Haz los ajustes necesarios”. Creo que este es un mensaje tan profundo como importante al que todos deberíamos prestar atención.
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Asvin Chauhan ac@ashleighcourt.com
Alessandro Forte sandro@forte-financial.co.uk