
Mejor proceso, mejor comida
El socio filantrópico de MDRT EDGE aporta innovación y experiencia a un problema urgente y actual.
Jasmine Crowe-Houston lo vio cuando trabajó como voluntaria para un grupo que llenaba miles de bolsas de almuerzo con sándwiches de mantequilla de cacahuate y mermelada sin tener en cuenta las alergias a los cacahuates. Lo vio cuando las despensas de alimentos recibían donaciones de espagueti sin salsa o salsa barbecue sin carne. No importaba el lugar, ni el descuido, su conclusión era la misma: los esfuerzos por combatir el hambre creaban problemas junto con sus soluciones.
“Lo que más noté fue una verdadera falta de dignidad”, afirmó Crowe-Houston, fundadora de Goodr, que desde 2017 utiliza la tecnología para mejorar el proceso y la calidad de la donación y distribución de alimentos, y es el socio filantrópico de la Fundación MDRT para MDRT EDGE 2024 en Atlanta, Georgia, EUA. “A menudo era: ‘Oye, tienes hambre; tómalo y sé feliz’”.
Sin embargo, se dio cuenta de lo extendido que estaba el problema hasta que visitó a una amiga que no tenía comida en su refrigerador. Descubrir que las personas cercanas a ella no sabían cómo iban a alimentar a sus hijos fue impactante e hizo que Crowe-Houston se dedicara aún más a desarrollar una organización orientada al futuro sobre cómo adquirir y dar alimentos a los necesitados. Con los objetivos de reducir los residuos y elevar la calidad de los alimentos donados, Crowe-Houston empezó a explorar cómo una aplicación podría gestionar mejor lo que se podía donar y cómo llegaba a las instalaciones equipadas para recibirlo.
Cambio en acción
Goodr hace un inventario de todo lo que vende un negocio para que los empleados de los negocios que hacen donaciones puedan hacer clic en los artículos que tienen disponibles para recoger. A través de una red logística, Goodr les permite a las organizaciones comunitarias sin fines de lucro pedir donativos como si fuera un paquete de UPS al cual se le da seguimiento.
“No se trata de un gran cambio de hábitos; la gente ya tira esta comida”, dijo Crowe-Houston. “Pero ahora entramos nosotros y nos convertimos en una compañía que recoge esos residuos y evita que la comida acabe en un vertedero”.
Goodr opera en 26 mercados de EUA y también construye tiendas de abarrotes dentro de las escuelas, donde los niños y las familias pueden elegir alimentos gratis que saben cocinar y que realmente utilizarán. Este planteamiento reduce el desperdicio –de nada sirve darle a la gente comida que no va a comer– y mejora la vida y la salud de las personas que reciben los alimentos.
Eso es importante para destinatarios como la mujer que le envió un correo electrónico a Crowe-Houston para darle las gracias por crear el sistema de distribución de alimentos más organizado que jamás había visto y por darle carne que no era color café. “Eso me sacudió hasta lo más profundo”, dijo Crowe-Houston. “Me demostró lo que siempre había creído que era cierto: que la gente necesitada suele obtener lo peor”. Hace solo tres semanas, Crowe-Houston recibió un correo electrónico de una abuela que le daba las gracias por ayudar a su nieta a cumplir sus esfuerzos por comer alimentos sanos, como pescado y verduras, que a menudo son inasequibles y no están disponibles a través de donaciones.
Según Crowe-Houston, Atlanta tiene una de las mayores diferencias de ingresos y riqueza de EUA, y la inseguridad alimentaria ha aumentado como consecuencia de que las rentas se han disparado y los salarios no han seguido el mismo ritmo. El objetivo de su organización no es resolver de manera permanente los problemas de hambre de la gente, sino proporcionar alivio durante unos días.
“Siempre le digo a la gente que el hambre no discrimina. No ve color, ni raza, ni religión”, dijo Crowe-Houston, que ha visto el problema en los barrios bajos de Sudáfrica, los tugurios de Haití, las favelas de Brasil y en hogares de bajos ingresos de Atlanta. “Yo era una de las personas que pensaba: jamás hubiera pensado que esto estuviera tan mal como he visto que está, y me ha cambiado la vida ver este trabajo”.
Crowe-Houston ha trabajado para alimentar y ayudar a las personas indigentes desde que vivió en Phoenix en 2009. Recuerda momentos de su infancia en los que su familia tenía que elegir entre pagar las facturas a tiempo o tener comida para la familia, pero su motivación para ayudar no está impulsada por una experiencia personal.
“Siempre he sido una persona orientada al servicio”, dijo. “Quiero ayudar porque hay una oportunidad para mí de ayudar, y voy a salir ahí fuera y lo haré”.
Los participantes en el proyecto de servicio en la sede de EDGE ayudarán a hacer miles de paquetes de refrigerios para organizaciones sin fines de lucro de Atlanta, cada uno de los cuales contendrá tres comidas y dos colaciones. ¿No estarás en EDGE y quieres participar? Visita goodr.co, ponte en contacto en info@goodr.co, o conecta a través de las redes sociales. Goodr tiene un conjunto de herramientas con formas de educar a la gente sobre el desperdicio de alimentos, así como un blog donde la gente puede identificar ubicaciones donde creen que se desperdician alimentos.
Y hablando de involucrarse: La mencionada amiga de Crowe-Houston, que había estado luchando contra su propia inseguridad alimentaria, está mucho mejor ahora y es voluntaria de Goodr.
“Si estás a mi lado el tiempo suficiente, proba- blemente habrá algo que puedas hacer”, dijo Crowe-Houston. “Siempre estoy haciendo algo”.
Socios más allá de los nombres
Para que quede claro: Goodr, el socio filantrópico de EDGE, es una organización distinta de Goodr, una compañía que quizá conozcas por sus gafas de sol de moda pero baratas. Sin embargo, los dos grupos han mantenido conversaciones, y la compañía de gafas de sol fabricó un par y donó un porcentaje de las ventas a Goodr de Crowe-Houston.
Autor(es)

Matt Pais
MDRT senior content specialist