Cuando mi mejor amigo empezó a experimentar ataques de ansiedad, tenía alrededor de 40 años, tres hijos y una hipoteca fuerte. Trabajaba como director de una escuela y estaba extremadamente dedicado a su trabajo. En 25 años solo había tomado unos tres días libres (uno de ellos para el funeral de su padre). Siempre era la última persona en salir del edificio al final del día. Sin embargo, su sólida ética de trabajo finalmente lo llevó al agotamiento extremo.
La primera vez que hablé con él sobre el seguro de protección de ingresos fue hace unos 23 años. Aceptó mi asesoría y compró el seguro. A lo largo de los años, cuestionó la importancia de la cobertura, pensando que en realidad no podía justificar la protección de sus ingresos porque gozaba de buena salud y tenía una actitud positiva hacia el trabajo.
Con el paso de los años, la presión de ser director y tratar de complacer a los padres, al personal y a la junta escolar se volvió abrumadora. Su estado era tan malo que, aunque no hubiera tenido más remedio que volver al trabajo, no habría podido hacerlo; la sola idea de volver al día siguiente lo habría hecho colapsar. Finalmente le diagnosticaron un trastorno de ansiedad generalizada.
Cuando estaba pasando por lo peor, hablábamos todos los días. Recibió terapia por parte de un psicólogo; sin embargo, no pudo volver a su antiguo trabajo como director, lo que, por supuesto, significó una pérdida de ingresos. Entonces le comenté: “Recuerda que has estado pagando una póliza. Para eso está ahí”. Le ayudamos con la reclamación y recibió los beneficios de la póliza durante dos años. Luego consiguió otro trabajo como subdirector y dejó de recibirlos durante un par de años antes de volver a hacerlo. Probablemente haya estado recibiendo los beneficios de la póliza durante ocho de los últimos 10 años.
El seguro de protección de ingresos le pagaba 75% de sus ingresos normales y el beneficio era pagadero hasta los 65 años (actualmente tiene 58), con un periodo de espera de 30 días. La póliza también tenía un beneficio de inflación indexado al IPC, por lo que con el tiempo el pago mensual se acercó a su salario completo real.
La tranquilidad que le brinda esta póliza de seguro es increíble. El otro día me dijo: “Sin esto, simplemente no podría ir a trabajar”. Entonces, aunque inicialmente sintió que no podía justificarlo, el seguro de protección de ingresos salvó su vida financiera y su vida familiar, porque pudo y puede pasar tiempo con ellos, especialmente cuando sus hijos atravesaron por la adolescencia.
Hoy, mi amigo se mantiene ocupado como tutor y dando clases particulares sobre las escrituras. También le ayuda a su esposa con su negocio paralelo que consiste en hornear, decorar y vender galletas personalizadas. Es un negocio pequeño y divertido, y, de vez en cuando, hace una que otra entrega. Es una vida plena.
Afortunadamente, la experiencia que tuvo con la compañía de seguros en Australia y el apoyo, atención y preocupación que ha recibido ha sido fenomenal. Jamás ha tenido ni un solo problema para recibir ese pago mensual.
Ahora puede mantener a sus hijos y mantenerse al día con la hipoteca. También puede ahorrar dinero para su jubilación. Puede mantener su plan financiero y no tener que vender la casa ni mudarse a una más pequeña. No se las arregla simplemente para sobrevivir; con esta cobertura de seguro, está construyendo un futuro.
Siempre les digo a los clientes: “Espero que esta protección de ingresos y otros seguros sean una pérdida de dinero. Espero que siga quejándose del aumento de las primas y que nunca tenga que presentar una reclamación. Sin embargo, ya lo he visto demasiadas veces y sé que funciona”. Los seguros protegen el patrimonio y también pueden salvar vidas.
Cualquier cosa puede salir mal cuando no hay dinero para mantener la vida de una persona bien encaminada. Me da una gran satisfacción poder asesorar a las personas y lograr que asuman el compromiso económico de protegerse a sí mismos y a su familia. Cuando ves que esto sucede, te das cuenta de que esa es la razón por la que estamos aquí: para brindarles esa red de seguridad a las personas y a sus familias.
Michael Coorey es miembro de MDRT desde hace 15 años de Nuevo Gales del Sur, Australia. Contacto: michael@strategicplanningsolutions.com.au.